Aquí os adjunto unos enlaces a material de los indios HOPI, parece mentira que hayan mantenido su sabiduría tan impresionante a lo largo de tantísimo tiempo. Creo que merece la pena echar un vistazo su material, aunque no se esté en todo de acuerdo del todo con sus creencias, que opino, que son basadas en hechos reales:
Libro "Dioses extraterrestres. Los Katchina de los HOPI 1"
Libro "Dioses extraterrestres. Los Katchina de los HOPI 2"
Libro "Dioses extraterrestres. Los Katchina de los HOPI 3"
EL MITO HOPI DE LA CREACIÓN
(La música suena alto unos segundos y luego baja y comienza la lectura. En
rojo se señalan los cambios musicales. Cuando aparezca una palabra en
verde, se pulsa “enter”para cambiar de diapositiva o de efecto dentro de la
misma (DIAP. 12))
Al comienzo del tiempo, una chispa de conciencia se encendió en el espacio
infinito. Esta chispa era el espíritu del sol, llamado Tawa. Y Tawa creó el
primer mundo: una enorme caverna poblada únicamente por insectos. Tawa
observó durante unos instantes cómo se movían y sacudiendo la cabeza
pensó que aquella población hormigueante era más bien estúpida.//
Entonces les envió a la Abuela Araña que dijo a los insectos: -Tawa,
el espíritu del sol que os ha creado, está descontento de vosotros porque no
comprendéis en absoluto el sentido de la vida. Así que me han ordenado
que os conduzca al segundo mundo, que está por encima del techo de
vuestra caverna.
Los insectos se pusieron a trepar hacia el segundo mundo. La
ascensión era larga, tan larga y tan penosa que, antes de llegar al segundo
mundo,, muchos de ellos se habían transformado en animales poderosos.
Tawa los contempló y dijo: -Estos nuevos vivientes son tan estúpidos como
los del primer mundo. Tampoco parecen capaces de comprender el sentido
de la vida. //
Entonces pidió a la Abuela Araña que los condujera al tercer mundo.
En el transcurso de este nuevo viaje algunos animales se transformaron en
hombres. La abuela Araña enseñó a los hombres la alfarería y el arte del
tejido. Los instruyó convenientemente y en la cabeza de hombres y mujeres
comenzó a despuntar un destello, una vaga idea del sentido de la vida.
Pero los brujos malvados que sólo se sentían a gusto en las tinieblas,
extinguieron aquel destello de luz y cegaron a los humanos. Los niños
lloraban, los hombres peleaban y se lastimaban: habían olvidado el sentido
de la vida. Entonces la Abuela Araña volvió a ellos y les dijo: - Tawa, el
espíritu del sol, está muy descontento de vosotros. Habéis desperdiciado la
luz que había brotado en vuestras cabezas. Por consiguiente deberéis
ascender al cuarto mundo. Pero esta vez tendréis que buscar vosotros
mismos el camino. //
Los hombres, perplejos, se preguntaban cómo podían subir al cuarto
mundo. Durante largo tiempo permanecieron en silencio. Al fin, un anciano
tomó la palabra: -Creo haber oído ruido de pasos en el cielo. – Es cierto –
asintieron los demás-. También nosotros hemos oído el caminar de alguien
allá arriba.
Así pues enviaron al “pájaro – gato” a explorar el cuarto mundo que
parecía habitado. El pájaro – gato se coló por un agujero del cielo y pasó al
cuarto mundo, donde descubrió un país semejante al desierto de Arizona.
Sobrevoló el país y divisó a lo lejos una cabaña de piedra. Al aproximarse,
vio delante de la cabaña a un hombre que parecía dormir, sentado contra la
pared. El pájaro – gato se posó junto a él y el hombre despertó. Su rostro
era extraño, pavoroso: completamente rojo, cubierto de cicatrices,
quemaduras y costras de sangre, con unos trazos negros pintados sobre los
pómulos y la nariz. Sus ojos estaban tan hundidos en las órbitas que eran
casi invisibles, a pesar de lo cual el pájaro – gato vio brillar en ellos un
resplandor aterrador. Reconoció a aquel personaje, era...La Muerte. //
La Muerte miró detenidamente al pájaro – gato y le dijo gesticulando:
- ¿No tienes miedo de mí? – No –respondió el pájaro – gato-. Vengo de
parte de los hombres que habitan el mundo que está debajo de éste.
Quieren compartir contigo este país. ¿Es eso posible?.
La Muerte reflexionó unos momentos. - Si los hombres quieren venir – dijo
finalmente con aire sombrío – que vengan.
El pájaro gato volvió a bajar al tercer mundo y contó a los hombres
lo que había visto. – La Muerte acepta compartir con vosotros su país –les
comunicó. -¡Gracias le sean dadas! – respondieron los hombres-. ¿Pero
cómo podremos subir hasta allá arriba? Pidieron consejo a la Abuela Araña
y ésta les dijo: - Plantad un árbol en el centro de vuestro poblado y cantad
para ayudarle a crecer. // (Cambio de música (mito hopi 2); se escucha
unos segundos en alto y luego se baja y se continúa la lectura; el nuevo
cambio a la música que acompaña al resto del mito se anuncia abajo)
Así hicieron los hombres y el bambú creció. Cada vez que los
cantores tomaban aliento entre dos estrofas, se formaba un nudo en el tallo
del bambú. Cantaban sin cesar y la abuela araña danzaba y danzaba para
ayudar a que el bambú creciera bien derecho. Del Alba hasta el crepúsculo
cantaron sin tregua hasta que al fin la Abuela Araña exclamó: - ¡ Mirad! ¡La
punta del bambú ha salido por el agujero del cielo! // (Cambio a la música
general del mito)
Entonces los hombres empezaron a trepar por el bambú, alegres
como niños. Nada llevaban consigo, estaban desnudos, tan desprovistos
como el primer día de su vida. - ¡Sed prudentes! – les gritó la abuela. ¡Sed
prudentes! Pero ya no la oían; estaban demasiado arriba. Alcanzaron el
cuarto mundo y en él construyeron poblados, plantaron maíz, calabazas y
melones, hicieron jardines y huertos. Y esta vez , para no olvidar el sentido
de la vida, inventaron las leyendas. // (Se deja que la música suene alto
mientras se cambia a la siguiente presentación)
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